PuntoPelota está dirigido por un caballero de apariencia respetable a quien nadie hace caso, pues en el plató se reúnen en semicírculo alrededor de doce panelistas cuya función principal es gritar e insultar a propios y extraños. Hay excepciones, no faltaría más, entre ellos un ex futbolista y dos o tres periodistas, cuya ecuanimidad y tono moderado tratan de impartir sin éxito un cierto grado de respetabilidad al programa.
El verdadero propósito de PuntoPelota es servirle de ventana pública a la CLOACA MEDIATICA, cuyos representantes más destacados son fijos en el programa. Esta función se realiza cubriendo dos aspectos complementarios: ensalzar sin límites al Real Madrid y sus funcionarios y paralelamente ensuciar al F.C.Barcelona y su entorno.
A tales tareas se dedican con fervor tres actores cómicos: un viejete decrépito de mirada triste, un francés llorón y el bocazas del programa, cuyas fotografías hemos evitado poner en esta columna para cuidar los extremos sanitarios. La función de estos personajes consiste en gritar a un tiempo y hacer muecas ridículas, para que la teleaudiencia no se entere de lo que puedan otros panelistas. Eventualmente, cuando se cansan los payasos, es posible escuchar alguna opinión ecuánime, ya sea de los dos o tres periodistas presentes en el plató o alguna dama a la que permitan meter baza.
Ese programa sale al aire en altas horas de la noche, pero lamentablemente lo repiten por las mañanas, lo que constituye un terrible ejemplo para nuestra juventud, que aprende como la destrucción de todo lo respetable en el deporte es posible, hasta el colmo de promover la violencia en la cancha y la afición, sin peligro de ir a la cárcel.
Ni siquiera los adultos tenemos algo que ganar sintonizando PuntoPelota, salvo aprender a difamar de personas ausentes y aprender que pegar patadas, agredir a traición, decir palabrotas y ser vulgar, deben tomarse como ejemplo a seguir en la actividad deportiva.