sábado, 14 de abril de 2012

¿Cristiano mejor que Messi?

Las comparaciones generalmente son odiosas y con frecuencia absurdas, especialmente cuando se pretende comparar,  por poner un ejemplo, la fuerza de un levantador de pesas con la maestría de un pianista. Cada cual en su campo y sin relación alguna. Ese es el caso de algunos practicantes del absurdo que, alimentados por la envidia incontenible ante la exquisitez y bondades del contrario, pretenden bajarlo a su mismo nivel.

En meses pasados algunos asalariados del Real Madrid y su entorno mediático, pretendieron comparar al señor Josep Guardiola con el portugués que dirige al equipo madrileño. Era tan irrisoria la sola idea, que pronto la abandonaron. El público ajeno a la Capital de España por una parte y por la otra el mundo civilizado, admirados por la creatividad futbolística del equipo de PEP, su eficiencia deportiva, discreción personal y buenos modos del catalán, se mofaban de aquellos que pretendían poner a su lado a un ejemplar de brutus erectus, un indivíduo que ha hecho del insulto y la infamia el pan de cada día en la Liga Española.

Siguiendo el mismo libreto, los sempiternos editores en alquiler de la prensa madridista y sus secuaces, se empeñan actualmente en comparar a Cristiano Ronaldo con Lionel Messi. Que alguien prefiera a uno antes que al otro es cosa de gustos, pero las comparaciones no tienen cabida. Se trata de dos futbolistas cuya única semejanza es que meten goles a la misma velocidad, pero nada más. El portugués, cuya arrogancia le precede, mete goles de manera altibaja, a veces muchos y a veces ninguno, empleando fuerza en el disparo y puntería. El argentino, más humilde en la forma personal, mete los mismos goles combinando sus habilidades con las de sus compañeros, driblando, pasando y divirtiéndose. El portugués se ufana de reventar las redes, mientras que al argentino le basta que la pelote entre un palmo más allá de la raya de gol.

Otros aspectos distinguen e ambos futbolistas. Uno viene de pasar por varios clubes, en unos lugares más apreciados que en otros. El otro es producto de la Masía del Barça, educado en ella para que cumpla en Barcelona su carrera. El portugués es criticado, gritado e insultado en todos los estadios, inclusive en el Bernabeu algunas veces. A Messí, salvo en la casa merengue, lo admiran y aplauden en todos los estadios que se presenta. Además de lo dicho, el popular Leo viene de un hogar felizmente consolidado, con una madre y un padre que le han enseñado valores morales y amor hacia los demás. Son circunstancias y cualidades que no se pueden comprar en joyerías.


  

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