sábado, 12 de enero de 2013

EL GENIO SIEMPRE HA LEVANTADO ENVIDIA

A nadie debe extrañar que los triunfos imparables de USAIN BOLT y de LIONEL MESSI, hayan despertado tanta envidia en el mundillo de los incapaces.

Empecemos por admitir que la inteligencia de 24 kilates no es un derecho universal, aunque muchos disfrutan de ella en uno u otro sentido. Todavía recuerdo en mis años de estudio haber conocido a varios críos en primaria que destacaban en muchas materias. Ya en la universidad, compartí aulas con algunos chicos y chicas que demostraban capacidades más allá de lo común en algunas materias y deportes. Claro está que, como sucede frecuentemente, los mejores en las aulas no eran los mismos que en las canchas.


En la Universidad Widener, donde estudié, igual que sucede en casi todas las universidades norteamericanas, para participar en el primer equipo de cualquier deporte y poder recibir las becas correspondientes, los deportistas debían justificar un nivel académico de "regular" hacia arriba. A ello les ayudaban y siguen ayudando los asistentes académicos, repasando materia y preparándoles para los exámenes, porque generalmente los deportistas no se las habrían arreglado por si mismos.

Esta separación entre lo intelectual y lo académico ha sido explicada en diversas oportunidades por especialistas del conocimiento. Está demostrado que la inteligencia generalmente está orientada hacia uno u otro lado. Quienes destacan en Matemáticas y Física, generalmente son tapados en Poesía y Drama, y aquellos que se distinguen en Historia parecen herméticos a los números. En los deportes sucede algo parecido. Maravillosos futbolistas dan vergüenza en la cancha de tenis y nadadores excepcionales fracasan cuando pretenden lanzarse elegantemente desde un trampolín. Esas habilidades y carencias se magnifican cuando entramos a comparar el intelecto puro con el esfuerzo físico.




"Cada Siglo nace un genio", dice el refrán, pero no es cierto. Deberíamos decir "Cada Siglo nacen varios genios en diversas actividades". Durante el Siglo pasado disfrutamos de Bertrand Russell en Filosofía, Albert Eistein en Física, Muhammat Ali en Boxeo, Herbert von Brawn en temas aeroespaciales, Charles Chaplin en el cine, Stephen Hawking en astrofísica, Michael Phelps en natación... En cada uno de ellos se repite la circunstancia de que cada genio lo es en lo suyo y nada más ¿Se imaginan a Einstein compitiendo con Phelps en el agua o al nadador de Filadelfia resolviendo un propuesta de física cuántica? ¿A quién se le ocurriría discutir sobre filosofía con Muhammat Ali o invitar a Hawkins a dejar su silla de ruedas para subir al cuadrilátero?


En este Siglo XXI el nacimiento de genios enfrenta serias dificultades para señalarlos personalmente porque los nuevos descubrimientos y desarrollo de inventos revolucionarios son llevados a cabo por entidades multinacionales y asociaciones de países y universidades. El descubrimiento de la mecánica del genoma humano, las mutaciones genéticas, las pantallas táctiles, los cohetes interplanetarios... todo ello responde a un esfuerzo colectivo de la humanidad científica en el cual las individualidades se diluyen. La figuración individual queda así limitada al campo de las artes y el deporte, donde el genio personal ha de lucir con luz propia.

En estos primeros años del 2000 han comenzado a aparecer en el deporte sus primeros genios. USAIN BOLT, un isleño del Caribe, ha barrido repetidamente las marcas de velocidad hasta bajarlas a niveles "imposibles" según los expertos en biología humana: 9,65 segundos y 19,42 en 100 y 200 m respectivamente (pido disculpas si hubiera discrepancias). Otro genio del deporte es LIONEL MESSI, un tímido argentino que ha cosechado hasta este momento 4 Balones de Oro de manera consecutiva, el máximo galardón que conceden los expertos de este deporte a nivel individual.








Como era de esperar, los sectores de la prensa que adversa a ambos deportistas los ha tildado de ridículos, pretenciosos y otra sandeces. De carácter voluble han acusado a Bolt y de incapacidad oratoria a Messi. Esa prensa, sea de donde fuere, demuestra muy poca ética informativa al permitir que periodistas inmorales opinen sobre temas deportivos. Usain Bolt se desempeña en competencias de velocidad humana, no dicta ni participa en conferencias de buenas costumbres. Por lo que a Messi se refiere ¿se desempeña el argentino en tareas de retórica y oratoria o en fútbol?

Esa actitud destructiva de algunos pseudo periodistas es previsible, evidentemente humana, porque a través de la Historia, igual que sucediera con Copérnico, Miguel Angel, Isaac Newton y Mozzart, el GENIO SIEMPRE HA LEVANTADO ENVIDIA.


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