Con motivo de la situación interna en el vestuario del Real Madrid, ha resultado inevitable escuchar múltiples conceptos y opiniones sobre lo que debe ser esa figura comúnmente conocida como EL MISTER. Personalmente discrepo de casi todas las opiniones escuchadas, especialmente de aquellas que corresponden a quienes parecen ser "merengues irrestrictos", cuya parcialidad les impide ver lo que debería ser obvio.
Sin pretender ser una autoridad mundial en MECANICA DE GRUPOS, trataré en el poco espacio de esta columna, de dar una idea sobre lo que debemos entender por Entrenador Deportivo, o sea la personalidad, funciones y responsabilidades de esos personajes a quienes les encargamos la dirección de un grupo humano. De antemano advierto que un "mister" no se diferencia en absoluto de otros gerentes en otras áreas del quehacer humano y mucho menos en otras ramas deportivas.
PERSONALIDAD:
Irremisiblemente un buen entrenador debe despertar empatía en sus subordinados, confianza en sus métodos, deseos de triunfos colectivos, alegría en el empeño y esfuerzo en el camino. Tan importante como inspirar confianza internamente a su grupo es crear simpatías hacia el exterior.
EXPERIENCIA ESPECIFICA:
Aunque no sea indispensable, el Gerente debe tener experiencia directa en la actividad que deberá dirigir, a fin de que disponga de medios para evaluar con conocimiento de causa los esfuerzos, limitaciones, dificultades y posibilidades de sus subordinados y de las labores a cumplir.
METODOS:
Cada gerente tiene los suyos, todos basados en varios principios básicos que motivan la unión en los triunfos y en las derrotas. Esos principios son: sinceridad absoluta del Jefe, motivación a través del ejemplo, participación colectiva en las decisiones, conciencia de virtudes, habilidades y limitaciones individuales, unión para beneficio del grupo y dosificación del esfuerzo según las circunstancias.
DECISIONES:
Las decisiones adoptadas deben derivar de la consulta con TODOS los miembros del grupo, en mayor o menor grado según las funciones de cada quien, aunque al final la decisión será ineludiblemente responsabilidad única del Gerente.
AUTORIDAD:
Un buen gerente deriva su autoridad del respeto que logre merecer de sus subordinados. Salvo en el Ejército, JAMAS empleará la palabra para ORDENAR ni alzará la voz, antes bien bajará su lenguaje al nivel de su personal para que las acciones a tomar se entiendan como un simple acuerdo entre TODOS.
FRATERNIDAD:
El grupo debe ser una hermandad en la que todos se esfuerzan para el bien común, no del Jefe, sino de sus integrantes. El Gerente será responsable de que la unidad del grupo sea palpable y homogénea. Los problemas internos son privados y se analizan sin participación externa para encontrarles solución. Los problemas de cualquier individuo deben entenderse como colectivos, igual que los méritos. Las desviaciones individuales serán corregidas por el Jefe privadamente a nivel personal y las felicitaciones colectivamente.
TRIUNFOS Y FRACASOS:
Los triunfos deben entenderse como metas y nunca estar garantizados. De los TRIUNFOS, el mérito siempre será del GRUPO. De los FRACASOS el único CULPABLE siempre es el JEFE.
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