Este
viernes 1º de Octubre, en pleno Otoño con características de verano, tanto que
los árboles siguen con las hojas verdes, tuvo lugar en el Camp Nou una nueva
edición del derby barcelonés. El resultado de 1 – 0 a favor de los locales
podría llevar a equívocos a quienes no viesen el encuentro porque sugeriría un
gol solitario en un juego aburrido donde el Barça habría bajado de calidad ofensiva.
Nada más lejos de la verdad.
El
encuentro fue lo que se debería esperar entre un equipo que lo gana todo y otro
que parece venido a menos, pero que llega a un derby con la decisión de salvar los trastes. Con el Barça en 31 puntos y el Español con 15, los culés asumían que su equipo barrería a los
periquitos. Nada más lejos de la realidad vista. El Español presentó
un plan de defensa bien estructurado y mejor realizado, atando de pies y manos
a los referentes contrarios hasta lograr que Messi desapareciera, desfigurar a Iniesta e impedir que el los atacantes llegasen más allá de sus defensas.
La
posesión del balón fue decididamente culé, 75% global, a pesar de lo cual el
resultado solo fue de 1 – 0. Los tiros a puerta también mostraron grandes
diferencias, 26/8 del Barça por solo 9/3 del Español. También aquí la férrea
defensa de los visitantes diluyó los esfuerzos blaugranas porque los disparos del Barça fueron realizados mayormente desde lejos, resultado de la desesperación por la barrera de 8 y 9
hombres bien organizados que Aguirre puso en el borde el área.
El
único gol del partido podría demostrar lo sucedido. Neymar se fabricó un pase
con doble caño, otro más, desde el borde izquiedo del área grande, que el
chileno remató a boca jarro ante la portería. Se necesitó una genialidad para
inaugurar el marcador a mitad del segundo tiempo.
Fue
un partido en el que ambos equipos lograron su propósito. BARÇA ganó el encuentro
para continuar al frente de La Liga y el ESPAÑOL evitó la goleada que muchos
entendidos pronosticaban.
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