Hermosa imagen la que nos brindaron XAVI HERNANDEZ e IKER CASILLAS ante el público que llenaba el teatro de Oviedo, mientra éste los ovacionaba por el Premio Príncipe de Asturias. Se abrazaron cual amigos que han sido desde hace más de 15 años, SINCERAMENTE, según declararía después el propio Xavi.
"Así deberían abrazarse Madrid y Cataluña" dijeron algunos comentaristas interesados en otros temas. "Esa debería ser la imagen que trasmitan el Barça y el Madrid" dijeron otros, más centrados en lo deportivo. Ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario, agrego yo, mirando de frente la realidad del pasado y escuchando los vientos del presente.
BARÇA y Real MADRID están condenados a odiarse, irremisibles enemigos esclavizados a intereses que van más allá de lo deportivo, mucho más lejos de lo humano, más que el abrazo deseado o la sonrisa aceptada porque ambos clubes, sus Directivos, jugadores, cuerpo técnico y aficiones, son víctimas permanentes de una lucha de intereses que abarca lo financiero, político e histórico, una cadena que los avasalla sin remedio.
Sin menoscabar sus fundamentos y razón de ser, los dos Clubes representan intereses geopolíticos distintos a lo deportivo, sus miembros y aficiones cercanas llevan ADNs forjados bajo ópticas antagónicas y los elementos de presión social que les rodean, prensa y medios audiovisuales, fundamentan su éxito en la inventiva retorcida que incrementa ventas y satisface el odio. En esa lucha nada está prohibido, ni siquiera la mentira e historias infamantes que tanto entretienen al lector ávido de sangre periodística. Vistos desde la acera del frente, el entorno de cada Club tiene aspecto repulsivo, aunque el Club en sí mismo pudiera ser angelical o satánico, dos extremos imposibles que al final poco parece importar al fabricante de noticias.
Es tal el esfuerzo que realiza cada entorno de estos Clubes por desprestigiar la esencia del adversario, que la convivencia en la Selección de España, donde miembros de ambos Clubes coinciden inevitablemente, peligra constantemente y sus éxitos se ponen en riesgo a pesar de ser la campeona europea y mundial indiscutible.
Don VICENTEDEL BOSQUE ha demostrado en estos años una capacidad de convocatoria y convencimiento digna del mejor hacedor de la paz, un hombre en quien España podría haber encontrado la solución a los graves problemas territoriales que ha cultivado. De no ser por este hombre bueno y sagaz, La Roja no habría podido continuar cosechando títulos.
¿Podrá el ejemplo de Casillas y Xavi suavizar la relación entre Barça y R.Madrid? Desgraciadamente NO, absolutamente NO, ni un ápice, porque en mayor o menor grado, con intensidad y matices diferentes, el antagonismo radical ha sido inculcado metódicamente a través de los años. Hoy por hoy ser merengue también significa ser anti culé y por retruque, seguidor del Barça conlleva automáticamente ser anti madridista. Así pues, aplaudamos el abrazo de Xavi y Casillas, sonriamos satisfechos ante el premio recibido por el nuestro y sigamos disfrutando del BARÇA, el mejor equipo de fútbol de todos los tiempos.
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