Ahorrémonos la alarma ante la renovada campaña de infamias, descrédito, e insultos que desde la Capital del Reino han iniciado contra el C.F. Barcelona. Debemos entender que se trata de la naturaleza propia de chulos y chafarderas, personajes típicos de la zarzuela picaresca que, por aquellos lados, se empeñan en tomar como ejemplo de vida.

Estamos acostumbrados a tales exabruptos, igual que a las cagadas de Laporta, un politicucho de tercera que está por la labor de dinamitar el excelente gobierno de Sandro Rosell, sembrando dudas sobre las razones alegadas por Guardiola para tomarse un año sabático.

Es natural que en el Real Madrid y su contubernio encuentren imposible digerir que un entrenador del primer equipo del Braça, adorado por la afición e idolatrado por el fútbol mundial, pueda irse a descansar y disfrutar de su familia mientras está a tiempo. En el Real Madrid las cosas se hacen de otra manera. Allí simplemente echan a los entrenadores por la ventana de la cocina, sin importar que hayan ganado la Liga o Champions. Entre otras personas HONORABLES, podríamos pregúntenle a don Vicente del Bosque sobre los usos y costumbres en el Real Madrid.

Estemos preparados para lo que llegará desde la Capital del Reino. Las nuevas acusaciones de dopaje, murmuraciones e infidelidades, renovadas sugerencias de drogadicción y murmuraciones sobre desfalcos, serán el complemento a las acusaciones sobre arbitrajes amañados, componendas de la UEFA o presiones de las Naciones Unidas. Nada detendrá el Real Madrid en su empeño por ensuciar el nombre del BARÇA durante la próxima campaña, incapaz de entender que al fútbol se juega con el BALON, no con INFAMIAS
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